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El soldado indígena
La Guerra Margallo de 1893 y la Campaña de Melilla de 1909 habían demostrado la necesidad de crear unidades regulares o permanentes, formadas con mandos españoles y soldados indígenas adaptados al clima, conocedores del terreno, de la lengua y de la forma de combatir del enemigo. Disciplina extrema, instrucción intensa y trato cercano con respeto a las tradiciones fueron las premisas a seguir para el mando de estas unidades dadas por el TCol. Dámaso Berenguer, su primer jefe y organizador.